Voy avisando que esto no va a ser el primer capítulo de una novela de terror. Hoy me interesa que reflexionemos sobre la capacidad que tenemos de poder cambiar nuestros hábitos y costumbres, en nuestro caso, nuestra postura y patrón de movimiento. Para ello hablaremos sobre el dolor del miembro fantasma junto con el Homúnculo de Penfield. Interesándonos en la relación que existe entre ellos y nuestra capacidad del cambio. No olvidemos que tenemos un gran cerebro con una gran capacidad de formar nuevas conexiones entre las neuronas (la denominada “Plasticidad cerebral”).
Comenzaremos hablando por uno de nuestros objetivos, el mejorar la postura y para ello no solo sirve repetir los ejercicios sin descanso, si no que tenemos que añadir el “cómo”. Este “cómo” es el buscar un movimiento de calidad y para ello es importante realizarlo con “conciencia” (por ello, buscaremos percibir cada movimiento que hacemos e integrarlo en nuestro patrón de movimiento).
Quizás estas últimas líneas nos resultan confusas, para ello aclararemos de qué hablamos cuando decimos “Patrón de movimiento”.
- Patrón de movimiento: es el resultado de la activación de los distintos músculos desde lo más primario como puede ser flexionar una rodilla, lo más básico como puede ser caminar o saltar y lo más especifico lo cual está en unión con el SNC que son las distintas destrezas, el deporte, por poner unos pocos ejemplos.
Nuestro patrón de movimiento está estrechamente relacionado con el homúnculo, pero ¿qué es el homúnculo? Del latín homunculus o hombrecito. Fue el resultado de una investigación realizada por el neurocirujano Wilder Penfield. El homúnculo es un mapa de la corteza cerebral donde se muestra que cada órgano y sentido del cuerpo posee su lugar en el cerebro. Y en el cerebro va a existir un espacio correspondiente a cada órgano y que la extensión que va a ocupar en la corteza cerebral va a estar relacionada por la sensibilidad del tejido y no por el tamaño de órgano en cuestión, así por ejemplo tenemos una imagen debajo de estas líneas, representando este homúnculo.

Vale, ya sabemos que es de lo que se trata, pero ahora nos queda por saber de que tiene relación con nuestro patrón de movimiento. Por ello, os voy a contar una historia para que lo entendáis y esta es acerca del dolor del miembro fantasma.
El 70 % de personas que pierden un miembro, van a experimentar un miembro fantasma, y esto significa que van a experimentar dolor en una parte del cuerpo que ya no existe. Un soldado pierde una pierna y puede que aunque ya no la tenga, le duela. Parece difícil de creer pero sucede. Esto ocurre porque lo que habla es la representación de ese miembro que no existe, y esto se trata de un mapa virtual, el cual se encuentra en el cerebro, (como el homúnculo). Este cuerpo virtual nos permite conocer donde se localiza en el espacio, nuestro cuerpo real y es algo que lo tenemos desde el nacimiento, se va construyendo, refinando y ampliando según vamos haciendo cosas nuevas, por ejemplo aprender a conducir.
Está claro que no solo está el homúnculo, tenemos diversos mapas virtuales y los diversos mapas se relacionan a su vez con áreas del cerebro implicadas en el equilibrio, coordinación y distintos músculos, formando una extensa red de comunicaciones cerebrales, las cuales fomentándolas de manera adecuada, a través de ejercicios incentivarán cambios en esas relaciones, mejoraran esos mapas virtuales y podremos conseguir mejorar nuestro patrón de movimiento, consiguiendo mejorar nuestra postura.
De hecho cuando sucede una lesión nuestro cerebro comienza a trabajar al 100%, comienza crear nuevas conexiones neuronales, creando nuevas vías para poder mantener y/o mejorar la función del órgano dañado y también nos ayuda en mejorar nuestras destrezas y habilidades.
Resumiendo, el cambio se encuentra en el poder de nuestras manos y nuestra mente, debemos de ser perseverantes y conseguiremos cambios en nuestra forma de movernos y nuestra postura.