Los trastornos músculoesqueléticos, (TME) que afectan a músculos, tendones, huesos, ligamentos o discos intervertebrales en el trabajo, son bastante habituales en la actualidad. En mi opinión si hay que elegir una causa ( sólo una) me quedo con esta; nuestro cuerpo está diseñado para moverse mucho, hoy en día nuestro estilo de vida es cada vez más cómodo y sedentario y lo que es más importante, los diferentes perfiles laborales tienen (con muchas excepciones, es verdad) cada vez menor carga física (repito que hay muchos perfiles en los que no es así, pero estoy generalizando) y una ( preocupante) ausencia de movimiento asociado a un desconocimiento total de cómo funciona nuestro cuerpo a nivel biomecánico. El resultado es que la incidencia de este tipo de trastornos (TME) no para de subir.
Unos simpes datos
Gran parte de las lesiones músculo-esqueléticas no se deben a accidentes aislados, sino que son resultado de pequeños traumatismos repetidos en el tiempo. La concentración de fuerzas en manos, muñecas y hombros; las posturas estáticas forzadas; el manejo de cargas pesadas en condiciones inadecuadas; y el incremento del ritmo del trabajo son también factores importantes causantes de que este tipo de lesiones sean tan frecuentes.
Existe una gran cantidad y variedad de dolencias que se incluyen dentro de los trastornos músculoesqueléticos (TME) las vamos a clasificar en función de la zona específica a la que afectan.
A continuación vamos a revisar cuales son los trastornos músculoesqueléticos más habituales, en esta entrada nos vamos a centrar sólo en cuello, hombro y codo. Dejo para la próxima entrada los trastornos de muñeca y zona lumbar. Me parece interesante que leáis la definición (lo mas abreviada posible) para que saquéis vuestra propias conclusiones
- 1. Trastornos músculoesqueléticos en hombros y cuello
- 2. Trastornos músculoesqueléticos en brazo y codo
- Síndrome cervical por tensión: suele aparecen por llevar a cabo, de manera repetida, trabajos por encima del nivel de la cabeza, transportando cargas pesadas o, si el cuello se mantiene doblado hacia delante.
- Tendinitis del manguito de rotadores: este manguito está constituido por 4 tendones unidos en la articulación del hombro. Normalmente, este tipo de trastorno músculoesquelético es debido a realizar trabajos en los que los codos están en posición elevada.
- Hombro congelado: cuando aparece, no se puede articular el hombro, limitando la rotación del brazo. Es causada por una inflamación.
- Torticolis: consiste en rigidez y dolor agudo en el cuello. Su origen puede ser un giro brusco.
- Síndrome del túnel radial: se produce por movimientos repetitivos rotatorios del brazo. Y aparece al atraparse el nervio radial, periféricamente.
- Epicondilitis: más conocido como codo de tenista, se trata de una inflamación de los tendones y el periostio, que produce dolor a lo largo del brazo. Este síndrome puede desencadenarse por sacudidas y movimientos de extensión forzados de la muñeca.
- Epitrocleitis: esta dolencia es conocida también como codo de golfista. Y consiste en la misma inflamación de de los tendones y el periostio que la epicondilitis, pero en la parte interna del codo, lo que afecata a los tendones que permiten la flexión de la muñeca, normalmente se desencadena por una rotación forzada y repetida del antebrazo
- Bursitis: la bursitis del codo es frecuente entre oficinistas, puesto que es debida a apoyar mucho los codos.
Las alternativas para mejorar estos TME son varias:
a) La primera medida de prevención es detenerse 5´a evaluar el puesto de trabajo y los diferentes patrones motores que efectuamos a lo largo de nuestra jornada, ahí está ( para mí) la clave, normalmente es necesaria una ayuda externa, por ejemplo, el técnico de prevención de la empresa, que nos ayuda a tomar conciencia de lo que “hacemos mal” y con su ayuda, podemos implementar adaptaciones ergonómicas ( a veces sorprendentemente sencillas) que nos ayuden cuando menos a minimizar la intensidad de estos trastornos ( TME).
b) Después deberíamos optar por un profesional de la fisioterapia que primero nos evalúe y después nos ayude a descargar, estirar y aliviar la zona dolorida.
c) Para terminar, buscando no recaer en la patología este mismo profesional, debe educaros en una rutina de movilidad y fortalecimiento de la zona para despertar y activar todos los músculos necesarios para desarrollar la tarea, con el objetivo final de mejorar la capacidad funcional de esa zona.
Natxo Ruiz de Alegría.
Diplomado en E.F.
Técnico superior PRL y ergonomía.