Hablando de colchones confieso no ser un experto pero la ergonomía es un campo que me gusta mucho y tengo curiosidad por esta especialidad.
Siempre he mostrado interés por la biomecánica e incluso hace mucho tiempo me hice un “converso” de las zapatillas a medida, el cuadro de la bici adaptado a mi morfología y la silla ergonómica en el trabajo, sin importar el precio ya que creo que es una inversión estupenda que en algunos casos puede durarte toda la vida.
Podríamos pensar que los colchones son casi todos iguales, que no hay grandes diferencias, que lo importante es que te sientas cómodo el día que lo pruebas. ¿Pero cuál es la forma de probarlo? No tienes ni idea de cómo se prueba. Te tumbas durante 30 segundos delante de todo el mundo y sacas tus propias conclusiones, “parece cómodo”. Total, si todos son parecidos, escoges ese que te parece más cómodo y que entra dentro del rango de precio que puedes pagar y te lo llevas a casa.
La vida útil de un colchón se estima entre 8 y 10 años, aunque pasado el 2º año notamos que se empieza a deformar y ya no estás tan cómodo como cuando lo compraste. Es en este momento cuando piensas ¡¡¡pero si sólo tiene 2 años!!!
Es curioso, generalizando, admitimos con los colchones códigos de comportamiento que ni en sueños permitiríamos con otros productos:
Un ejemplo claro podría ser que nadie piensa en comprar unos zapatos dos números más pequeños de lo que necesita, por muy baratos que éstos sean.
Aunque de momento seas un “globero”; en el argot ciclista un novato, querrás que en la tienda donde vas a comprar una bici, un experto en biomecánica mida tu biotipo y te aconseje sobre cuál es el cuadro que mejor se adapta a ti. Nunca admitirías, por ejemplo, un cuadro más grande porque sea más barato y total como solo sales a andar en bici los domingos durante 2 horas…
Si comienzas a hacer “running”; actividad física muy de moda hoy en día (“carrera continua” de toda la vida) y quieres comprar una zapatillas, irás a una tienda en la que analicen el tipo de pisada que tienes (pronadora, supinadora o neutra). A la hora de comprarlas hay varios factores a tener en cuenta tales como, el tiempo que le vas a dedicar a esta actividad, el piso sobre el que vas a realizar la práctica (asfalto, tierra o mixto), tu peso, si eres hombre o mujer… Después de ser asesorados eficientemente por el técnico especializado, pagaremos gustosos 100 € o 120 € ya que nos llevaremos unas zapatillas adecuadas.
Pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo. Seguramente no le dedicamos tanto tiempo a ninguna otra actividad. Por esa razón, dormir bien y permitir que nuestro cuerpo y nuestra mente descansen es importante para afrontar nuestro día a día.
La calidad del colchón es muy importante y la utilización que le demos también, (¿cómo dormimos?). No solo el precio debería ser factor determinante.
Resulta que el morfotipo de un varón o una mujer son muy diferentes, el varón tiene generalmente, espalda más ancha, cintura más estrecha, es más grande y pesa más. Las zonas de apoyo y presión son diferentes. Podríamos preguntarnos si tener en cuenta todos estos elementos es tan importante a la hora de adquirir un colchón. Nosotros como profesionales en el cuidado de la espalda consideramos que SI es importante ya que un colchón con el mismo grado de firmeza en toda su superficie, reparte el peso del cuerpo de forma irregular y contribuye a una baja calidad del descanso.
Una buena alineación y el respeto de las curvas fisiológicas, en argot “una espalda neutra”, es básico para que tu columna descanse ya estés en decúbito supino, prono o tendido lateral.
La postura en la que dormimos es determinante para la efectividad del descanso. Si adoptamos una mala postura, es decir, si nuestra columna vertebral no está bien alineada, estaremos perjudicando nuestra salud musculoesquelética.
Hagamos un pequeño juego… ¿Cuál de todas las posturas que te presentamos a continuación es para ti la peor?
Para terminar, estoy seguro que muchas personas todavía desconocen que es posible adaptar y personalizar el colchón teniendo en cuenta todas las variables que he apuntado anteriormente hasta límites insospechados.
Esta personalización no parece relevante hasta que no pruebas un colchón hecho expresamente para ti y te das cuenta de que el finalmente elegido se adapta perfectamente a tus características y que casi no necesitas una almohada para sentirte cómodo.
Os dejo unos enlaces donde podéis encontrar colchones de estas características:
Natxo Ruiz de Alegría
Técnico superior en PRL / Ergonomía.