Ante la sobrecarga de estímulos a la que vivimos expuestos y la vorágine del mundo contemporáneo, nuestra mente necesita algo de espacio para respirar.
Por eso triunfa el mindfulness, esa suerte de meditación alejada de la espiritualidad y adaptada al carácter occidental.
Cómo desconectar?
Aunque según la Real Academia Española la palabra meditar signifique reflexionar sobre las cosas, el mindfulness consiste justamente en lo contrario: liberar la mente de ellas. Ni siquiera se trata de poner la mente en blanco, como algunos pretenden, sino de dar un paso atrás y observar cómo los pensamientos brotan por doquier para, después, dejarlos irse de la misma forma en que vinieron.
Otra definición más amplia y cientifica.
La práctica de la meditación con atención plena, llamada Mindfulness, se remonta a más de 2.500 años. Lo novedoso es el cruce que se ha producido entre esta piedra fundamental del budismo y las neurociencias. Hoy es tendencia de avanzada en la práctica médica y ha demostrado su eficacia como medicina participativa o complementaria mente-cuerpo en dolor, soriasis, depresión, cáncer, adicciones. Su base médica es la Psiconeuroendocrinoinmunología y sus efectos fueron medidos científicamente.
“El doctor Richard Davidson, investigador líder en este campo, mostró que la práctica de Mindfulness activa el área prefrontal izquierda del cerebro, donde se encuentran las emociones positivas (compasión, amor, ecuanimidad, aproximación a los demás)”, dice Martín Reynoso, psicólogo, responsable del área de Mindfulness en Ineco, Departamento de Psicoterapia Cognitiva.
“Se reveló que Mindfulness produce un estado hipometabólico de predominio parasimpático. Esto significa que aprendemos a generar la respuesta de relajación, que baja la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura. Produce una profunda relajación muscular y favorece el predominio de ondas alfa. Esto es, lo opuesto a la reacción de estrés”, explica el licenciado Reynoso. “Además, actúa beneficiosamente sobre la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro de desarrollarse y modificarse a través de los años con la estimulación que le brindemos. Claramente, el entrenamiento en Mindfulness modifica el funcionamiento de algunas áreas del cerebro.”
Los especialistas señalan que aporta beneficios en estrés crónico, trastornos de ansiedad y pánico, prevención de la recaída depresiva, trastornos de la personalidad, trastornos de la alimentación, adicciones, enfermedades oncológicas, dolor crónico (de espalda, migrañas), recuperación cardiovascular, enfermedades de la piel.
Los especialistas ponen en claro que no se trata de una medicina “alternativa”, sino de medicina participativa o complementaria mente-cuerpo, una fusión poderosa con las terapias de avanzada de psicología. “La intención es complementar (nunca sustituir) el tratamiento médico o psicólogico. El paciente toma aquí un rol activo en un trabajo interno que sólo él puede hacer activando los recursos y el potencial sano que tiene. “Mindfulness requiere una práctica sistemática que actúa por acumulación, influyendo sobre el hipotálamo y la amígdala cerebral, centros de integración y percepción”.
En Ergoactiv podrás practicar Mindfulness en sesiones individuales.