Las 61 bicicletas que nos comprometimos a comprar para que otros tantos estudiantes, niñas y niños, en India pudieran acceder a la educación secundaria y así contar con más oportunidades en su vida son una realidad. Gracias a las cientos de camisetas que lucen nuestros alumnos y alumnas, familias enteras, empresas, nuestros profesionales … hemos podido financiar este proyecto y contribuir al crecimiento personal, la libertad y la independencia de estos jóvenes.
Arrancamos el 1 de octubre. Con mucha ilusión y bajo el lema “Bicicletas que cambian vidas” pusimos a disposición de todo el mundo cientos de camisetas en las que se podía leer “Mujeres libres, pueblos que avanzan”. Lo que empezó con las lógicas dudas de una apuesta como esta, el tiempo se ha encargado de indicar que ha sido un éxito tanto por la implicación de las personas como por el hecho de ver que un sueño cobra cuerpo. Eso sí, todo se gestó mucho antes.
El pasado 24 de julio ya os avanzamos que el equipo de Ergoactiv se encontraba en esos momentos ultimando todos los preparativos del viaje junto a la Fundación Vicente Ferrer, que le acompañaría en su periplo. Así, una parte de la visita consistiría en diversos encuentros en hospitales de traumatología y ortopedia cercanos para intercambiar buenas prácticas en el tratamiento de los trastornos musculoesqueléticos y sondear proyectos en los que poder colaborar.
¡Y vaya si sondeamos! Enseguida vimos un proyecto que nos gustaba y con el que nos sentíamos muy identificados. Tenía que ver con algo tan sencillo como el transporte. Aunque en la India la educación hasta la universidad está cubierta por el Gobierno, sus escuelas no están en todas las aldeas y, en algunos casos, el recorrido puede llegar a ser de hasta 6 kilómetros.
En muchas ocasiones, la distancia es un impedimento y una excusa para que muchos estudiantes y, en especial las chicas, abandonen los estudios de secundaria. Los padres suelen preferir que trabajen y así sus hijos/as se convierten en un ingreso y no en un gasto. Lo más habitual en la India es que las familias opten por que las niñas abandonen la escuela, al preferir que ayuden con las tareas domésticas, cuidando a los hermanos pequeños, cocinando o bien trayendo agua durante la cosecha mientras los padres están trabajando.
Así, una simple bicicleta puede cambiar su futuro. Eso espoleó nuestro interés por apoyar esta iniciativa de la Fundación Vicente Ferrer y por recabar los fondos necesarios para que se materializara. El medio para hacerlo fue poner en el mercado y a disposición de quien quisiera una camiseta con “mensaje”. La carga argumental de esa prensa y su objetivo han tenido como fruto que las 61 bicicletas ya rueden por Rapthadu (India).